Puedo hacerlo con prudencia y disciplina, paso a paso, o impulsivamente lanzarme sin mucha reflexión, con energía, con optimismo, con ambición o desaliento, tal vez a los saltos, con firmeza o vulnerabilidad, con miedo o con coraje.
Puede detectarse, en la exploración de este aspecto gráfico, la modalidad en que afrontamos los obstáculos y las situaciones que la vida nos va presentando así como también, los movimientos anímicos, humorales y los cambios o la constancia en la voluntad.
Las líneas que se proyectan en rectilínea u horizontal, señalan objetividad, criterio realista, dirección clara y constancia, autodominio, atención, voluntad que persigue sus objetivos; control del humor y de las emociones, que raramente interfieren en su avance hacia las metas propuestas. Pueden marcar calma y madurez si se hallan en un ambiente gráfico armónico.
En cambio, si la línea desciende, nos habla de cansancio, de un descenso de la capacidad de trabajo y del rendimiento. Marca una tendencia a claudicar frente a contrariedades, desgano, falta de fe en sí mismo. Cuanto más pronunciado sea el descenso, ya nos habla de pesimismo, tristeza y un estado depresivo.
Esto es solo para asomarnos a conocer el estado de ánimo. Hay muchas más posibilidades entre estas direcciones de base. Empezá a escribir con líneas ascendentes y .... anímate a estudiar grafología.
Margarita Moreno
Silvana Leone
Grafoanalistas
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